«Todas las posibilidades de explotación de las riquezas del subsuelo serán identificadas gracias a la actualización del mapa geológico minero de Argelia».
Se está avanzando en el tan esperado megaproyecto de explotación del yacimiento de hierro de Ghar-Djebilet (170 km al suroeste de Tinduf). Las obras del proyecto, que está previsto que duren dos años, comenzarán a principios de marzo. En cuanto a la explotación de este gigante minero, podría comenzar en 2023. Lo mismo ocurre con el megaproyecto de la mina de zinc de Béjaïa, en Oued Amizour, cuyas obras comenzarán en el tercer trimestre de este año. Para Ghar-Djebilet, «las negociaciones con el socio chino fueron concluyentes», según nos cuenta el propio ministro. «La firma tendrá lugar muy pronto», insiste la misma fuente.
El yacimiento de Ghar-Djebilet tiene una superficie de 131 km2. Esto da una idea bastante precisa de la inmensidad de la obra y de la carga simbólica que supone su inicio efectivo, anunciado para finales del próximo mes. El Ejecutivo, que lo ha convertido en uno de sus proyectos estrella, anunciando la reconversión de la economía nacional, con el añadido del inicio del fin de la dependencia de los hidrocarburos, pretende convertirlo en el arranque de la reactivación de la maquinaria económica del país. La apertura de la vía minera por parte del Presidente de la República y su insistencia en Ghar-Djebilet, ciertamente por sus reservas estimadas en 3.500 millones de toneladas, pero también porque da una nueva orientación a la economía nacional.
El Ministro de Minas, encargado de la viabilidad técnica y económica del megaproyecto, es categórico. «Los estudios realizados con el socio chino han permitido procesar el mineral, consiguiendo, gracias a la tecnología de nuestro socio, reducir la tasa de fósforo en el hierro para bajarla del 0,8% al 0,05%», informó anteayer Mohamed Arkab en el Foro del diario público Echâab. Otra «función» de esta mina a cielo abierto es que Ghar-Djebilet es «la base de la reactivación de nuestra industria manufacturera». Esto significa que la visión es amplia, integrada y coherente. El objetivo no es extraer para vender, sino transformar y «abandonar progresivamente la importación de materias primas minerales, que cuesta mil millones de dólares al erario público», insiste el ministro. Este es, principalmente, el objetivo que persigue el Ejecutivo en el desarrollo de la industria minera en general. La voluntad política está claramente expresada y «el Estado no escatimará esfuerzos para reactivar la actividad minera», dijo Arkab, quien informó de la próxima puesta en marcha de varios proyectos importantes, entre ellos la unidad de procesamiento en Oued Kebérit (wilaya de Souk Ahras) para la producción de ácido sulfúrico y ácido fosfórico.
El tamaño del yacimiento minero nacional permite todas las ambiciones, por poco que se consiga iniciar su explotación y el desarrollo de productos, como el mármol, actualmente insuficientemente explotado, en un momento en que «Argelia sigue, a pesar de su potencial, importando 500.000 toneladas anuales», afirma Arkab.
Fuente: L’Expression.